Durante el siglo XIX, en las pulperías
y en las fiestas, circula entre los gauchos una poesía oral anónima cantada con
acompañamiento de guitarra, que tiene como destinatario a un público
analfabeto. Estas composiciones colectivas retoman los temas de los romanceros
y poemas épicos españoles, y agregan otros vinculados a las costumbres, sucesos
y sentimientos del habitante rural.
Habitualmente, estas poesías eran
recitadas o cantadas por dos payadores o gauchos cantores, que alternaban sus versos a modo de
contrapunto.
A diferencia de esta poesía gaucha, la gauchesca es un producto de la cultura letrada. Es decir que la
escriben intelectuales que intentan convocar a ese público analfabeto cuya
participación es crucial en las luchas por la Independencia y, luego, entre las
facciones políticas de nuestro país. Pero además, es escrita también –en clara
oposición a la literatura culta europea que predominaba en la época-como el
bosquejo de una literatura capaz de representar la identidad nacional. Para ello, adoptan el
estilo y los temas de los payadores y reelaboran su lengua con fines estéticos.
En el género gauchesco la voz del que
escribe se apropia de la del gaucho, de los tonos de desafío y lamento; así se
produce una alianza entre ambas voces.
Para muchos críticos, la gauchesca
nace como un arma de guerra contra el enemigo y evoluciona condicionada por los
hechos políticos. Por ello, en los cambios sufre el género a lo largo de sus
distintas etapas, podemos leer momentos de la historia argentina.
(Manual Santillana, Literatura IV)
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